¿Por qué hacerse un retrato artístico?

En los tres primeros meses de 2011 se realizaron más fotografías que en toda la historia de la humanidad, sin embargo, ¿cuántas fotografías pasarán a la historia y quién será testigo de ellas?.

Transformar una imagen en una obra de arte convierte un acto cotidiano en un legado; refleja, como lo hacían los retratos de autor de los siglos XVII y XVIII, la impronta del personaje, su entorno y su historia.

Hoy día, sin embargo, posar por horas frente a un artista plástico resulta casi imposible, debido al ritmo de vida que llevamos, la fotografía es entonces, el canal, el pincel que sustituye de manera prodigiosa la posibilidad de convertirnos en inmortales. Las futuras generaciones nos recordarán con nuestro mensaje, con la emoción de su transmisión.

La intervención artística cataliza la emoción, transforma nuestra representación en un segmento sin tiempo y se plasma, garantizado su conservación en el tiempo. No sólo nuestros hijos, sino los hijos de nuestros nietos, podrán entonces encararnos, cuestionarse su propia existencia y responder quiénes fuimos a través de la obra de arte.

Retratos

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